Buscando el color del Partido Verde Ecologista de México
Ser ecologista se suele asociar en la política con la promoción de medidas de protección del ambiente, en la prensa con mensajes llamativos sobre el impacto del cambio climático, en Twitter con hashtags de salvar el Ártico o pesca sostenible. En México, también se suele asociar con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Fundado en 1986, el PVEM se presentó a las elecciones federales de 1988 aun perteneciendo a otra formación, el Frente Democrático Nacional. Solamente a partir de 1991 adquirió su nombre (y carácter) de Partido Ecologista de México (PEM), que dos años más tarde se cambió por Partido Verde Ecologista de México. Siendo el cuarto partido político en México por número de representantes en el congreso, ha obtenido y mantenido su ranking gracias a varias alianzas favorables con otros grandes partidos. En las elecciones federales de 2000, el PVEM fue una de las claves para asegurar los votos de la presidencia de la República para el ex–gerente de Coca Cola, candidato del PAN, Vicente Fox Quesada. Siguiendo esta trayectoria, en 2003 participó en otra alianza con el PRI, acción clave que permitió en 2012 a Enrique Peña Nieto que ganara la presidencia. Al llegar a formar parte de alianzas estratégicas, más que intensificar su color verde, el PVEM demostró ser bastante camaleónico en cuanto a su agenda política.
La visión que el PVEM presenta en su página partidoverde.org.mx refleja un partido comprometido con el respeto del medio ambiente e interesado en promover la sostenibilidad en el largo plazo. Además, sus propuestas para 2015 prevén medidas para el empleo, seguridad social, educación, todo en el marco de una visión responsable como su iniciativa para proteger los ecosistemas forestales, creando un “Programa de Pago del Agua a los Dueños de los Bosques que la Producen”. Otro ejemplo esperanzador sería la propuesta orientada hacia lo digital, de reformar el artículo 10 de la Ley General de Educación, para que clases de inglés y computación sean obligatorias y se impartan más veces por semana en las escuelas mexicanas.
El PVEM presentó en la última década iniciativas de políticas públicas de una manera sui generis. Aunque el objetivo haya sido desde la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales hasta el combate a la corrupción en México, sus acciones no se han situado tanto en la misma línea de los demás partidos verdes de otros continentes. Una de las propuestas sobresalientes del PVEM ha sido la campaña de castigar con pena de muerte a secuestradores y asesinos, lanzada en 2009 con spots y mensajes en las redes sociales. Más que sostener a un #Mexicoverde, en la campaña de castigar con pena de muerte PVEM recurrió a imágenes conmovedoras con familias desesperadas en la búsqueda de sus hijas secuestradas. Su retórica aguda ha tenido consecuencias como la retirada del reconocimiento como parte de la familia verde europea y también críticas por parte de veteranos ecológicos como Greenpeace.
Enredados en una pesca de votos más que en la pesca sostenible, los miembros del PVEM han estado en el punto de mira de varios escándalos políticos. Siguiendo una “moda” política impulsada desde el 2010 por el presidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, el gobernador de Chiapas (una de las regiones en las cuales el PVEM se había ya consolidado como la primera fuerza política), Manuel Velasco (PVEM) se casó en abril 2015 con Anahí, actriz y cantante de famosas telenovelas mexicanas.
En un México que se ve caracterizado diariamente como un país lleno de desigualdades, inseguridad y lucha contra el narcotráfico, parece difícil dejar de preguntarse si en realidad los partidos mexicanos viven o no en una transformación de catch-all party a cartelization. Analizando las iniciativas del Partido Verde Ecologista de México, su agenda política sobresale más por populista que por verde. El PVEM parece haber mantenido siempre claro el objetivo de llegar y quedarse al poder aprovechando las oportunidades – más o menos verdes – que las elecciones federales le han traído. Pero a pesar de las varias cuestiones y preguntas en cuanto a las políticas poliédricas del PVEM, el partido sigue siendo muy popular en su país, presentando periódicamente con énfasis y entusiasmo sus propuestas de color verde.
Fiorella Belciu